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Investigación sobre el bazuco en Bogotá: Componentes, adulterantes y residuos .

Investigación sobre el bazuco en Bogotá: Componentes, adulterantes y residuos .

 

 

Por: Julián Andrés Molina Menjura/ Químico Farmacéutico – UNAL
Coordinador General del Proyecto – ATS
Activo Psicoactivo
www.echelecabeza.com

 

¿El bazuco tiene hueso de humano? Esta pregunta es una de las grandes leyendas urbanas que siguen contándose por las calles del Cartucho en Bogotá; se dice que las personas desaparecidas eran trituradas y mezcladas con el bazuco. Las brujas, combinaban sus magias negras con los huesos humanos; el resultado: Usuarios atrapados y consagrados a la “droga del demonio”, usuarios qué, aún hoy, se valen de esta leyenda para justificar su incapacidad de restirarse y dejar a un lado a esta demoniaca droga.

El servicio de Análisis de Sustancias (SAS) del proyecto “Échele Cabeza cuando se dé en la cabeza” de la Corporación ATS, en convenio con el programa Energy Control de España y el apoyo técnico y financiero de la secretaría Distrital de Salud de Bogotá, se dieron a la tarea de investigar y analizar químicamente los componentes, adulterantes y residuos de esta sustancia, teniendo como base las 28 muestras recolectadas (16 de bazuco y 12 de cocaina) en algunos los principales expendios de la ciudad. Para la fortuna de algunos y la desdicha de quienes aún se aferran a la leyenda, las muestras y sus componentes no tienen, en ninguno de los casos, rastros de carbonato de cálcio y fosfato de cálcio presentes en los huesos humanos.

¿Cuál es la diferencia entre bazuco y cocaína?, ¿cuáles son los riesgos y efectos de las vías de administración?, ¿qué es el “patriasiado”’?. Lea con atención porque este estudio, realizado por primera vez en el país, contiene las respuestas a estas pgreguntas.

Este estudio realizado por primera vez en el país, se apoyó en el uso de un equipo CG-EM (cromatografía de gases acoplada a espectometría de masas) para hacer el análisis y la caracterización de las muestras recogidas en la primera semana del mes de julio de 2014.

 

Código Muestra Tipo de Sustancia Sustancias Encontradas
ba10 Bazuco fenacetina 2%cafeína 5%cocaína 27%
ba09 Bazuco cafeína 14%cocaína 55%
ba18 Bazuco cocaína 22%fenacetina 19%cafeína 10%
ba22 Bazuco cocaína 32%cafeína 11%Sustancia desconocida[1]
ba19 Bazuco cocaína 1%levamisol 1%
ba16 Bazuco levamisol 3%cocaína 43%Sustancia desconocida
ba15 Bazuco cocaína 50%Sustancia desconocida
ba13 Bazuco cocaína 43%fenacetina 3%Sustancia desconocida
ba25 Bazuco cocaína 58%Sustancia desconocida
ba12 Bazuco cocaína 47%Sustancia desconocida
ba11 Bazuco fenacetina 6%cafeína 6%cocaína 40%
ba23 Bazuco cocaína 48%Sustancia desconocida
ba14 Bazuco cocaína 47%Sustancia desconocida
ba17 Bazuco cocaína 48%Sustancia desconocida
ba20 Bazuco cafeína 10%cocaína 31%Sustancia desconocida
ba21 Bazuco fenacetina 4%cafeína 15%cocaína 28%Sustancia desconocida
co16 Cocaína cocaína 36%fenacetina 18%lidocaína 18%levamisol 7%
co35 Cocaína cocaína 20%fenacetina 12%lidocaína 10%levamisol 6%
co41 Cocaína cocaína 22%lidocaína 48%levamisol 1%fenacetina 1%
co39 Cocaína cocaína 13%lidocaína 9%levamisol 15%fenacetina 9%
co51 Cocaína cafeína 47%lidocaína 26%cocaína 2%fenacetina 8%levamisol 1%
co53 Cocaína cocaína 27%levamisol 4%fenacetina 3%lidocaína 2%cafeína 4%
co45 Cocaína cocaína 14%fenacetina 27%cafeína 11%lidocaína 4%levamisol 1%
co52 Cocaína cafeína 56%lidocaína 29%
co37 Cocaína paracetamol
co38 Cocaína cocaína 57%levamisol 13%fenacetina 4%lidocaína 3%
co42 Cocaína cocaína 36%lidocaína 61%levamisol 1%
co47 Cocaína lidocaína 54%cocaína 8%levamisol 17%cafeína 4%

La presencia de cocaína base presente en las muestras de bazuco se encuentra entre el 1 – 58% con un promedio de 38.8%. Los adulterantes identificados fueron fenacetina, cafeína, levamisol y una sustancia que no pudo ser identificada. 6 de las muestras contenían un único adulterante, y una de las muestras contenía una mezcla de fenacetina y cafeína. La fenacetina detectada en las respectivas muestras se encontraba dentro de un rango del 2 – 19% con un promedio del 6.8%. La cafeína se encontró dentro de un rango del 5 – 15% con un promedio de 10.1%. El levamisol se encontró en un rango de 1 – 3% con un promedio de 2%.

Para cocaína esnifable, se analizaron 12 muestras. La cocaína presente se encontraba en un rango del 0 – 57% con un promedio del 19.6%. Los adulterantes encontrados fueron fenacetina, lidocaína, levamisol, acetaminofén y cafeína. 3 muestras contenían 4 de dichos adulterantes, 6 muestras contenían 3 de dichos adulterantes, 2 muestras contenían dos adulterantes y una muestra contenía exclusivamente acetaminofén (sin cocaína). La fenacetina se encontró en un rango del 1 – 27% con un promedio del 10.4%. La lidocaína se encontró en un rango del 2 – 61% con un promedio del 24%. El levamisol se encontró en un rango del 1 – 17% con un promedio del 7.5%. La cafeína se encontró en un rango del 1 – 17% con un promedio del 24.4%. Para acetaminofén se detectó una muestra que sólo contenía dicha sustancia (sin contenido de cocaína).

pip8

COCAÍNA ESNIFABLE VS BAZUCO

Podemos decir que la cantidad de cocaína base encontrada en las muestras de bazuco y la cocaína clorhidrato encontrada en las muestras de cocaína esnifable tienen unos rangos similares, pero en promedio las muestras de bazuco tendrían un mayor contenido de cocaína. Sin embargo, al hablar de adulterantes, sorprendentemente encontramos que se encuentran más adulteradas las muestras de cocaína esnifable que las de bazuco. Ambos tipos de sustancias coinciden en el contenido de adulterantes tales como levamisol, fenacetina y cafeína. Lidocaína y Acetaminofén se encuentra únicamente en las muestras de cocaína esnifable.

Aunque el consumo de cocaína base fumada (bazuco), en comparación con el consumo de cocaína inhalable, tiene un estigma mucho mayor y una noción de “calidad” mucho menor, podemos constatar que no es verificable al menos en este caso. Sin embargo los usuarios de esta sustancia deben tener en cuenta que los riesgos asociados, a pesar de que se trate de la misma sustancia consumida por vías diferentes, varían de acuerdo a la vía de administración, independientemente de la “calidad” de la sustancia.

Para el caso específico de la cocaína base fumada (bazuco), la cual tiene un punto de fusión menor al de la cocaína esnifable, esto le permite, cuando se expone al calor, cambiar rápidamente de sólido a líquido y luego a vapor, es decir que permite la volatilización de la sustancia. Sin embargo, como la sustancia viaja a través del fuego, una parte logra condensarse formando el humo que en realidad es un aerosol compuesto de pequeñas gotas y otra parte se convierte en subproductos de degradación por el fuego o pirolisis[2].

Es importante resaltar en este punto que el fumado de cocaína en su forma de base, da lugar a un producto de pirolisis denominado metilecgonidina o anhidroecgonina metil éster o AEME[3]. Este producto no se presenta a través de ninguna de las otras vías de administración de cocaína. De acuerdo a estudios, entre el 50% y el 80% de cocaína fumada se convierte por pirolisis en AEME[4],[5]. Así mismo, estudios más recientes proponen que dicha sustancia AEME puede ser la que ejerza una mayor neurotoxicidad y deterioro en los fumadores de cocaína base[6]. No sería descabellado pensar entonces que podría retardarse o de alguna manera generarse una reducción de los daños en los usuarios o abusadores de bazuco al facilitarles parafernalia que favoreciera la volatilización de la cocaína base y evitara su degradación por pirólisis.

También es importante indicar que algunos de los componentes del proceso de producción de la pasta de coca como pueden ser keroseno, gasolina (con plomo), ácido sulfúrico y permanganato de potasio pueden estar presentes y ejercer efectos tóxicos adicionales[7].

Este tipo de compuestos tóxicos adicionales, que provienen del proceso de obtención de la pasta base, pueden variar según la forma de obtención, que en el caso del bazuco no se tiene del todo clara. Al menos, la pasta base (que contiene la cocaína base que ejerce el efecto psicoactivo) puede obtenerse de varias formas y puede tratarse de [8]:

  1. Pasta Básica de Cocaína (PBC) que es una sal amónica de la cocaína obtenida mediante precipitación del alcaloide de una solución ácida en una primera etapa de maceración de las hojas de coca.
  2. Base de Cocaína: Se obtiene de la oxidación del PBC con permanganato de potasio en una segunda etapa.
  3. Una extracción mediante la utilización de harina de trigo o maíz en la primera etapa de la extracción ácida del alcaloide.
  4. Los remanentes del proceso de obtención de la cocaína esnifable (la sal clorhidrato de cocaína) a partir del PBC o del PBC oxidado con permanganato de la segunda etapa[9].
  5. Del proceso de reversión, calentando Cocaína Clorhidrato con bicarbonato de sodio (acetona u otra base) para luego fumarlo[10].

Es más probable que en Colombia se comercialice como bazuco lo descrito en los literales a – d y es por lo tanto muy probable que aparte de los adulterantes adicionados por los microtraficantes el bazuco también contenga remanentes de su proceso de obtención. El proceso descrito en el literal e) se conoce comunmente como “patraceado” y no suele ser el proceso a través del cual se obtiene la cocaína base en las calles, sino que se realiza por algunos usuarios que prefieren obtener la cocaína base fumable a través de esta forma. Aunque “patracear” la cocaína esnifable podría parecer una forma más “limpia” de obtener cocaína base para fumar, es importante resaltar que los adulterantes insolubles (en agua) y presentes en la cocaína esnifable tomada como materia prima para este procedimiento podrían precipitar o permanecer junto a la cocaína base así obtenida. Por ejemplo, existen estudios que muestran que tanto la cafeína como la fenacetina (adulterantes presentes tanto en la cocaína esnifable como en el bazuco, como aquí verificamos) alcanzan a ser volatilizados con una recuperación cercana al 100%, por lo cual, cuando el consumidor fuma bazuco o la cocaína base obtenida tras el patraceado, contaminada con este tipo de adulterantes, estos también pueden alcanzar la circulación sistémica a través de los pulmones[11].

La cocaína esnifable, por su parte, es una forma soluble que permite su absorción a través de las membranas mucosas. Tiene un punto de fusión mucho más alto que la cocaína base y por lo tanto no puede ser fumada sin degradarse. También puede ser consumida de forma oral o de forma inyectable.

La vía de administración influye de forma considerable en el tiempo en que la sustancia ejerce su mayor efecto y así mismo su toxicidad. Aspirada (una línea conteniendo unos 10 a 35 mg de cocaína) se alcanza la concentración máxima en unos 15 minutos. Por vía intravenosa entre 4 a 6 minutos y por vía oral en una hora o más[12]. Fumada, dicho tiempo se reduce al mínimo, entre 15 segundos y dos minutos. Hay que tener en cuenta también, por ejemplo, que la administración nasal, en comparación con la fumada, comprende una vasoconstricción en la mucosa nasal, lo que disminuye así mismo la biodisponibilidad (cantidad de sustancia absorbida, intranasal 80% y fumada 90%)[13].

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Hay que tener muy en cuenta que la dosis tóxica de cocaína es altamente variable, depende de la tolerancia individual, de la vía de administración, la presencia de otras sustancias, entre otros factores. La misma dosis intranasal que suele causar la euforia, por vía intravenosa o fumada, puede dar concentraciones altamente tóxicas en el cerebro y el corazón, generando convulsiones o arritmias cardiacas: la toma aguda (de una sola vez) de 1 gramo o más de cocaína puede ser fatal[14].

En este punto es importante indicar, y teniendo en cuenta que la cocaína (especialmente la forma esnifada) suele combinarse de manera frecuente con la ingesta de bebidas alcohólicas, que para todas las formas de administración, dicho consumo concomitante de cocaína y alcohol da lugar a un metabolito, el cocaetileno, que tiene una vida media más larga (dura más en el cuerpo) y una mayor toxicidad[15].

Finalmente, y en comparación con datos acerca de adulterantes en Colombia del año 2010[16], los rangos y porcentajes de cocaína presente en las muestras coinciden con lo hallado por nosotros:

Así mismo, los adulterantes encontrados para esa fecha coinciden para los encontrados en nuestras muestras de bazuco, es decir, cafeína y fenacetina. Para clorhidrato de cocaína (esnifable), los adulterantes coinciden con lo encontrado en 2009[17], es decir, cafeína, fenacetina y levamisol. Para ese mismo año la cantidad de clorhidrato de cocaína encontrada fue de 71 – 90% para el 84% de las muestras y el 11% de dichas muestras presentaron una pureza superior al 90%. Es importante indicar que para ese estudio, las muestras correspondían a decomisos de bloques de 1.0 kg de peso aproximado, presentación que es empleada para abastecer el mercado internacional, mientras que nuestras muestras corresponden a las entregadas por distintos usuarios de la sustancia. Lo anterior puede indicar que algunos adulterantes, como el levamisol la cafeína y la fenacetina, son adicionados al comienzo de la cadena, tras la producción, mientras que otros como la lidocaína se adicionan en otras etapas de la cadena de comercialización.

Lo anterior puede verificarse a través de otros estudios realizados en países distintos a Colombia (Brasil[18],[19],[20], Francia y España[21]). En uno de dichos estudios se revela que los adulterantes presentes en el 70.4% de las muestras, fueron levamisol (55.6% de todas las muestras; con un rango de concentraciones entre 0.7% y 23%), lidocaína (14.8%; 0.6–30.6%), cafeína (9.2%; 2.4–16.1%) y fenacetina (9.2%; 5.6–12.1%). En otro estudio el adulterante con mayor presencia fue cafeína, en el 37.4% de las muestras (43 muestras). En otro estudio la cafeína fue también el adulterante con mayor presencia, en el 76% de las muestras, seguido por la lidocaína.

Finalmente, un estudio muy interesante, en Francia, en donde se entrevistó a cada usuario participante acerca de la percepción de “calidad” y del contenido objetivo de la composición de la muestra que posteriormente se analizó, arrojó que el promedio de contenido de cocaína fue 22% y que un 75% contenía al menos un adulterante. Los más comunes fueron fenacetina (54% de las muestras), cafeína (17%), paracetamol (o acetaminofén 14%), diltiazem y lidocaína (11%). Los usuarios mostraron tener poca claridad acerca de los adulterantes encontrados en sus propias muestras, y sólo un 12% de dichos usuarios reportaron conocer al menos uno de los adulterantes presentes en sus propias muestras. Los determinantes de la percepción de “calidad” para la cocaína fueron muy subjetivos y se trataban de (a) el lugar de compra, (b) información sobre el lugar de origen, (c) el precio por gramo y (d) la vía de administración para el que producto estaba dirigido.

Todo lo anterior nos induce a que debemos comenzar a ajustar nuestras pruebas y test de campo para cocaína a estos adulterantes, dada su frecuencia, y a enfocar las información de reducción de riesgo y daño de dichas sustancias en combinación con los riesgos asociados a cocaína y sus prácticas de consumo.

Así mismo es evidente que a pesar del estigma que se tiene para con el consumo de bazuco, a través del conocimiento acerca de la realidad de dicha sustancia, se podrían generar alternativas eficientes para el tratamiento de sus abusadores en vez de mantener los riesgos mitológicos asociados a dicha práctica, como por ejemplo, que al bazuco se le adiciona hueso de humano molido para rezarlo (de haber contenido de hueso humano se hubiese detectado carbonato de calcio en las muestras analizadas).

En otras palabras, y a manera de conclusión, cualquier usuario de cualquier SPA (Sustancia psicoactiva) debe tener en cuenta que se expone a riesgos inherentes a:

  1. Las características farmacológicas y farmacodinámicas de la sustancia activa (SPA) y de los adulterantes que también las tengan.
  2. La vía de administración.
  3. La composición de la sustancia que consume (dosis de SPA y dosis de adulterantes que se está ingiriendo).
  4. La parafernalia o implementos de consumo.
  5. La frecuencia e intensidad de consumo.
  6. La interacción con otras SPA (y sus respectivos adulterantes) así como con medicamentos formulados.

 

Todo lo anterior, ligado de manera indiscutible a las características fisiológicas y psicológicas individuales de cada consumidor, es decir, los riesgos asociados a cualquier consumo siempre serán idiosincráticos, y la información general acerca de los riesgos asociados debe siempre contrastarse con el conocimiento del propio cuerpo y de nuestros propios estados cognitivos y emocionales.

 

acciontecnicasocial.com 


 

[1] Parece un residuo del proceso de extracción.

[2] Wood R., Shojaie J., Fang C. y Graefe J. “Methylecgonidine coats the crack particle”. Pharmacology Biochemistry and Behavior, Vol 53 No 1. 1996. Pag 57-66.

[3] Karch S. “Pharmacokinetics and Pharmacodynamics of Abused Drugs”. CRC Press. 2008. ISBN: 978-1-4200-5458-3. Pag 41.

[4] Martin, B. R., Lue, L. P., and Boni, J. P. (1989). Pyrolysis and volatilization of cocaine. J. Anal. Toxicol. 13, 158–162.

[5] Nakahara, Y., and Ishigami, A. (1991). Inhalation efficiency of free-base cocaine by pyrolysis of ‘crack’ and cocaine hydrochloride. J. Anal. Toxicol. 15, 105–109.

[6] Tamborelli Garcia, Et. Al. (2012). Toxicological Sciences 128(1), 223–234 (2012).

[7] Arif A. “Consecuencias adversas para la salud del uso indebido de cocaína”Organización Mundial de la Salud. 1988. España. ISBN 92-4-356107-3.

[8] ONUODC y CICAD. “Elementos orientadores para las políticas públicas sobre drogas en la subregión” Primer estudio comparativo sobre consumo de drogas y factores asociados en la población de 15 a 64 años. 2008.

[9] Rangugni V., Rossi D. y Corda A. “Informe pasta base de cocaína” Intercambios Asociacion civil para el estudio y atención de los problemas relacionados con las drogas. Argentina 2005 – 2006. Disponible en: http://www.unodc.org/pdf/brazil/INFORME%20PASTA%20BASE%20DE%20COCA%CDNA.pdf , consultado en octubre de 2008.

[10] Cardenas M.L. “Alteraciones cromosómicas en farmacodependientes al Basuco”Tesis para el titulo de Magister en Toxicología. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias, Departamento de Farmacia. 1993. pag 11.

[11] Gostik T., Klemenc S. y Stefane B. “A study of the termal decomposition of adulterated cocaine samples under optimized aerobic pyrolytic conditions”. Forensic Science International 187 (2009) 19-28.

[12] Ortega A. “Estaba intoxicado por cocaína este individuo?” Cuadernos de Medicina Forense N. 33. Julio de 2003.

[13] Goldfrank L, and cols. “Goldfrank Toxicologic emergencies” McGraw Hill. 2006.

[14] Tellez J. “Cocaina” En “Guias para el manejo de urgencias toxicológicas”.

Ministerio de la Proteccion Social – Departamento de Toxicologia Universidad Nacional de Colombia. 2008. Pag 177.

[15] Tellez J. “Cocaina” En “Guias para el manejo de urgencias toxicológicas”. Ministerio de la Proteccion Social – Departamento de Toxicologia Universidad Nacional de Colombia. 2008. Pag 177.

[16] JUAN SEBASTIAN SABOGAL CARMONA. DETERMINACION DE LA COMPOSICION QUIMICA DE DROGAS DE ABUSO INCAUTADAS EN COLOMBIA DURANTE EL PRIMER SEMESTRE DE 2010: FASE I COCAINA EN MUESTRAS DE BASUCO PROCEDENTES DEL LABORATORIO DE ESTUPEFACIENTES DEL INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y CIENCIAS FORENSES. Facultad de Medicina. Departamento de Toxicología. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá (2010).

[17] Garzon W., Parada F. y Florian N. “Análisis forense de muestras de cocaína producidas en Colombia: I. Perfil cromatográfico de muestras de clorhidrato de cocaína”. Vitae Revista de la Facultad de Química Farmacéutica. ISSN 0121-4004. Vol 16 N 2. 2009 Pag 228-236.

[18] Lapachinske et. al. Analysis of cocaine and its adulterants in drugs for international trafficking seized by the Brazilian Federal Police. Forensic Science International 247 (2015) 48–53.

[19] G. Floriani et al. Development and validation of an HPLC-DAD method for simultaneous determination of cocaine, benzoic acid, benzoylecgonine and the main adulterants found in products based on cocaine / Forensic Science International 235 (2014) 32–39.

[20] E.J. Magalhães et al. Evaluation of the composition of street cocaine seized in two regions of Brazil / Science and Justice 53 (2013) 425–432.

[21] http://energycontrol.org/files/analisis/Informe_Analisis_ESP_2012.pdf

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